martes, febrero 03, 2009
Bye-bye my friend
Como se suele decir, a todo cerdo le llega su San Martin, y aunque en la matanza se aprovecha el engorde del animal, en el caso de la informática se suele anunciar el fallecimiento del principal componente del ordenador: la CPU. Hoy nos despedimos de Computermachine, un ordenador veterano donde los haya, que me ha dado muchas horas de entretenimiento (echando un cálculo rápido: 10 x 365 x 4 = 14600 horas) y unas cuantas dioptrías.
Aún recuerdo de cuando fuimos a recogerlo y de cuando le instalamos su primer sistema operativo, gracias a la ayuda del amigo informático de la familia. Quitando las particiones que traía de más en su dico duro de 6.4 GB e instalando los drivers de la Voodoo II que valían para esa pedazo de tarjeta Monster 3D compatible. Pentium 2 a 400 MHz montado sobre una placa base Iwill con 64 MB SDRAM, CDROM 48xToshiba, monitor 15" genérico e impresora Epson cuminaban esa pedazo de configuración que bien costaron sus 200.000 pesetas (1200 €). También me acuerdo de esos conectores cuadrangulares que traía en la parte de atrás, que creía que no servían para nada y que luego resultaron ser una interfaz llamada USB...
Los años no pasaron en valde. En el 2001 se estropeo la fuente de alimentación y no fue cambiada hasta 2007. El CDROM fué sustituido unas tres veces y la disquetera una sóla vez. Las tarjetas gráficas se sustituyeron por una RIVA TNT2. Se añadieron 128 + 128 + 64 MB de RAM en distintas épocas, no funcionando muy bien en algunos casos. Quizas los añadidos más importantes fueron esa grabadora de 8x4x32x HP que no ha dado un sólo fallo y ese disco duro de 20 GB que ya sonaba como si fuera a morir (fue sustituido en 2008 por uno de 80 GB). Y de los mejores regalos, la grabadora de DVDs doble capa dual. En este tiempo ha visto cuatro monitores, cuatro teclados, seis ratones, dos impresoras, dos altavoces, tres modems, dos puertos paralelo, dos tarjetas de red, cuatro generaciones de Windows.... Todo en una sóla caja.
Ahora, diez años después del día en el que tuve mi primer ordenador, me veo obligado a jubilarlo. El pobre se venía quejando de una extraña dolencia que no permitia a su usuario tratar con gráficos sin colgarse (Web, PDF, etc), lo cual irritaba hasta límites insospechados. Aun así, no podía pasar sin dedicarle un pequeño homenaje a mi compañero de andanzas, que me ha permitido escribir hasta aquí sin bloquearse. Ahora es tiempo de evolucionar, de Pentium 2 a Pentium ¡¡¡, aunque esto es simplemente transitorio.
In memoriam
Aún recuerdo de cuando fuimos a recogerlo y de cuando le instalamos su primer sistema operativo, gracias a la ayuda del amigo informático de la familia. Quitando las particiones que traía de más en su dico duro de 6.4 GB e instalando los drivers de la Voodoo II que valían para esa pedazo de tarjeta Monster 3D compatible. Pentium 2 a 400 MHz montado sobre una placa base Iwill con 64 MB SDRAM, CDROM 48xToshiba, monitor 15" genérico e impresora Epson cuminaban esa pedazo de configuración que bien costaron sus 200.000 pesetas (1200 €). También me acuerdo de esos conectores cuadrangulares que traía en la parte de atrás, que creía que no servían para nada y que luego resultaron ser una interfaz llamada USB...
Los años no pasaron en valde. En el 2001 se estropeo la fuente de alimentación y no fue cambiada hasta 2007. El CDROM fué sustituido unas tres veces y la disquetera una sóla vez. Las tarjetas gráficas se sustituyeron por una RIVA TNT2. Se añadieron 128 + 128 + 64 MB de RAM en distintas épocas, no funcionando muy bien en algunos casos. Quizas los añadidos más importantes fueron esa grabadora de 8x4x32x HP que no ha dado un sólo fallo y ese disco duro de 20 GB que ya sonaba como si fuera a morir (fue sustituido en 2008 por uno de 80 GB). Y de los mejores regalos, la grabadora de DVDs doble capa dual. En este tiempo ha visto cuatro monitores, cuatro teclados, seis ratones, dos impresoras, dos altavoces, tres modems, dos puertos paralelo, dos tarjetas de red, cuatro generaciones de Windows.... Todo en una sóla caja.
Ahora, diez años después del día en el que tuve mi primer ordenador, me veo obligado a jubilarlo. El pobre se venía quejando de una extraña dolencia que no permitia a su usuario tratar con gráficos sin colgarse (Web, PDF, etc), lo cual irritaba hasta límites insospechados. Aun así, no podía pasar sin dedicarle un pequeño homenaje a mi compañero de andanzas, que me ha permitido escribir hasta aquí sin bloquearse. Ahora es tiempo de evolucionar, de Pentium 2 a Pentium ¡¡¡, aunque esto es simplemente transitorio.
In memoriam
Computermachine. 11·1·1999 - 4·2·2009